El episodio 131 de de "Dragon Ball Super" trajo por fin el esperado desenlace del Torneo del Poder, que parecía sumamente incierto para Gokú y los representantes del Universo 7.
Tras una ardua batalla entre Jiren y Gokú, todo parecía perdido para este último luego de haber perdido el control del Ultra Instinto; no obstante, una oportuna e inesperada intervención de Freezer y 17 mantuvo viva la esperanza del Universo 7.
Es en este punto donde el rol de 17 y Freezer se hace capital, pues dejan al borde del agotamiento a Jiren, que poco puede hacer por el desgaste. Pese a un último esfuerzo, el alienígena gris es acorralado y la reaparición de Gokú para ayudar a sus compañeros sentencia la pelea, pues Jiren queda inconsciente fuera de la plataforma.
Con esto, el Universo 7 se salva de la destrucción y sus representantes ven con pena como sus rivales del Universo 11 desaparecen por obra de Zeno-sama. Hasta ahí, el capítulo final de "Dragon Ball Super" era bastante triste.
Tras acceder a las Super Esferas del Dragón, Gokú y sus amigos piden un deseo sumamente generoso: que los seres de los universos eliminados vuelvan a existir.